La visualización es una excelente herramienta a la hora de plantear objetivos y planes de acción empresariales.
Actúa sobre el Sistema de activación reticular, que es el encargado de poner en marcha los recursos mentales para que ese objetivo se lleve a cabo.
Dicho en otras palabras, estamos más atentos, más abiertos a la información que el entorno nos proporciona con respecto a ese tema. ¿Te ha ocurrido que al decidir comprar un modelo de coche, sueles verlo más a menudo? ¿Y cuando decides tener un hijo, cuántas embarazadas te encuentras por la calle?
Se trata de decirle a nuestra mente lo que deseamos, y dejar que ella se encargue de identificar todos los estímulos e información que hay allí fuera para llevar a cabo este proyecto.
Un líder de un equipo que ha creado la imagen de su meta con todos sus detalles, sensaciones, beneficios, conseguirá mucho más compromiso de su gente. Imagina a todo un equipo visualizando una meta, imagina por un momento la cantidad de detalles que cada uno podría aportar al proyecto, las posibilidades de éxito se multiplican por 100, si logramos que cada uno se involucre de tal forma que active su radar de oportunidades.
Hace un tiempo una clienta quería trabajar en su proceso el hacer deporte regularmente, su mayor problema era que saboteaba cada intento de planificar esa actividad, y comenzamos a trabajar desde la visualización. El ejercicio era simplemente visualizarse todas las noches al acostarse corriendo por el paseo marítimo de su ciudad, sintiendo el aire fresco en la cara, siendo consciente del bienestar después del mismo, aportando todos los detalles posibles del bienestar producido en esa actividad. Luego de 4 días, una mañana se levantó y simplemente salió a caminar sin más, así venció las barreras y comenzó su rutina diaria de deporte.
«Las claves del éxito son un secreto a voces. Voces que todos pueden oír, y nadie quiere escuchar.»