Trabajo en Equipo, Vivencias | Wings Coaching

La vivencia del trabajo en equipo

Un equipo se construye y madura con la experiencia acumulada de tantas vivencias.

Experiencia reveladora

Ocho de la mañana y ya llevo veinte minutos despierta con ganas de dar un salto de la cama para prepararme para la aventura. Pero contengo la energía mientras mi hijo Nahuel duerme profundamente.

Pocos minutos después nos levantamos para hacer una excursión en kayak con el equipo de Cazorlaventur. Había olvidado esa sensación de nervios en mi barriga, antes de una aventura que desconozco. Nuestras vacaciones en Sierra de Cazorla prometen ser enérgicas y con mucha actividad, todo lo contrario, a la quietud.

Somos 9 personas con la monitora, que nos da indicaciones en unos minutos como para escribir cinco páginas y nos invita a practicar mientras llevo todo al punto de llegada. En la práctica me centro en enseñar a mi hijo, y la verdad la actividad parece fácil.

¡He de decir que siempre fui una persona muy aventurera, me encantan los retos! La maternidad y profesión me fueron alejando de este aspecto de mi vida, y en este momento tengo la suerte de retomarlo con mi hijo.

─¡En el primer tramo hay un rápido, mantened la distancia de seguridad y siempre remad, aunque haya corriente!─ Fueron las indicaciones de Paula, la monitora. El caos se avecinaba, entre aprender a coordinar el remo, que los movimientos eran opuestos a lo que se pretendía, y que la mayoría nos encallábamos, el estrés se instaló en mí.

─¡Esto no es lo mío!─ Se escuchaba una voz por ahí, a la que además de sus problemas tuvo que sumar mis continuos choques porque no sabía parar mi kayak, menos mal que mi hijo iba con la monitora, y disfrutó muchísimo de ver nuestra torpeza.

Luego del primer tramo, paramos a descansar y relajarnos para luego continuar la aventura. Al subir de nuevo a la canoa sentí que ya comprendía mejor el curso del río y observé que los compañeros también (fluir es dejarse llevar por el curso de las cosas, y poner nuestro talento al servicio de ese río). Empezamos a disfrutar del paisaje (el estrés en el primer tramo apenas me dejaba poner atención al remo), parecíamos niños cada vez que descubríamos una tortuga tomando el sol (debe ser interesante su mirada al ver un grupo de humanos aprendiendo a moverse en sus aguas).

Incluso en un túnel de arbustos complejo, que era un paisaje nuevo, ya intuíamos que nada sería tan grave y que, sea como sea, siempre seguíamos adelante con nuestro kayak hacia la meta. Eran paisajes cambiantes, ¡pero había ocurrido algo maravilloso!

Al bajar el estrés y tener un poco más de destreza, no sólo empezamos a disfrutar, nos coordinábamos en los espacios como un equipo, nos ayudábamos unos a otros cuando alguien se atascaba, nos adelantábamos a pequeños obstáculos sólo con mirar hacia adelante. La satisfacción de llegar a la meta, de haber aprendido algo más y de vivir esa experiencia con ese grupo de personas perduró todo el día.

Trabajo en equipo

Te quiero compartir un pequeño resumen de mi reflexión de la experiencia del «trabajo en equipo”

  1. La primera fase de aprender una habilidad, es lo menos glamuroso que el ser humano haya conocido, jajaja. Tolerancia a la frustración y humildad son dos requisitos fundamentales en esta fase.
  2. En esa etapa se invierte mucha energía en aprender “ese algo nuevo”. Y es un proceso INDIVIDUAL, aunque sea una experiencia de trabajo en equipo. Sólo puedes poner atención a lo que haces.
  3. Una vez manejas la habilidad, te abres a vivir la experiencia con el entorno y el equipo. Hay más confianza, aún en situaciones de conflicto y comprendes mejor el proceso de las cosas.
  4. Surge la magia. En sólo una hora y media había en cada persona una sincronía con el medio y con los compañeros muy agradable. La conexión con el cuerpo y el presente era absoluta.
  5. Hay que lanzarse a vivir nuevas aventuras y aprender nuevas habilidades. La frustración inicial es parte del camino, pero la alegría y expansión de recursos que se experimenta supera todas las expectativas.
  6. Contar con excelentes líderes, que tengan clara la meta, el camino, y la formación que hay que dar al equipo es fundamental. Yo iba con mi hijo, por eso elegí a los mejores para que nos guiaran es esta aventura y alguna otra que me atreví a experimentar.

Y tú, en esta última etapa del año ¿qué nueva aventura quieres vivir con tu equipo?

Si quieres contar con una excelente metodología y herramientas para lograr mejorar el rumbo de tu equipo en este año, te invito a conocer el programa «Cómo liderar equipos de alto rendimiento», que inicia su 3ª edición el 25 de octubre.

¡Porque cada nueva etapa puede ser una gran aventura!

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