Una de las constantes que ocurren en muchas organizaciones cuando se plantean un área de mejora, programas de Liderazgo, Coaching, etc. Es que la primera acción que l@s directiv@s proponen llevar a cabo es «delegar».
En el 70% de los casos este pensamiento suele ser el primer paso hacia un fracaso absoluto del programa de desarrollo que se hayan planteado.
¿Por qué?
1- En la mayoría de los casos indica una precipitada decisión, sin haber echo una profunda introspección de cuáles son los principales hábitos del/ la directiv@ que requieren intervención inmediata.
2- Los cambios planteados deben ser graduales, planificados y pactados por todas las partes involucradas. Pero sin duda la auto- observación en la fase de diagnóstico debería empezar «hacia dentro de cada persona». Alineando objetivos, intención, actitudes y acción de los líderes que no siempre van en la misma dirección.
3- Antes de delegar es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Definir aquellas tareas (y procesos) que se pretende delegar.
- Verificar si la persona a la que se le pretende asignar consta de tiempo, habilidades y actitud necesaria para asumirla.
- Establecer un proceso de acompañamiento y tutoria mientras la otra persona se familiariza con la tarea (si creías que delegar te dejaría tiempo disponible de inmediato, aquí puedes verificar que no siempre es así y durante la fase de transmisión probablemente requiera un tiempo extra de disponibilidad tuya)
- Establecer un sistema de seguimiento para que ambos podáis verificar si se esta haciendo de acuerdo a lo estipulado.
Como puedes comprobar, «delegar de forma eficiente» requiere un proceso de planificación y estructura que es fundamental si quieres que sea un éxito.
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